Cuando Papá se macha, un trocito de nosotros también se marcha con él. El resto de nuestro ser se queda desconcertado, y por un momento volvemos a ser aquellos dos niños de la foto; esos dos críos que de la mano de su papá empezaban a abrirse al mundo.
Anoche le dejamos en el aeropuerto, sabiendo que no volverá hasta dentro de unos meses... y descubriendo que el tiempo no pasa en balde para ninguno. Y a pesar que son ya muchas veces las que le hemos visto atravesar la aduana, quizá nunca nos acostumbremos del todo.
A pesar de todo, siempre te vamos a echar mucho de menos.
Por sorpresa
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Sonó el interfono y volvió a sonar: dos, tres, cuatro veces. Lidia dormía
tan profundamente a su lado que no se enteró de nada. Jesús se levantó de
la cama...
Hace 4 años
7 comentarios:
Me había asustado al empezar a leer el post... creía que se marchaba para siempre.
Es duro no tenerle cerca... pero seguro que su vuelta será maravillosa.
Un besoteee
Es como las flores, siempre llega en primavera...
la próxima vez que él cruce la aduana, la cruzas tu también, ok?
besos amiguito!
bueeeno, ya verás como se hace corta la espera!ánimo
Y abulico es... Mmmmm... ¿el de la izquierda?
No me extraña que le eches de menos. Supongo que aunque me parezca guay que mis padres se vayan de vez en cuando y me dejen el piso para mí sola, si la ausencia fuera larga, les echaría de menos. Ojalá no tuviera que conocer el momento en que ellos se tengan que ir antes que yo, pero es lo más normal, que ellos se marchen antes, aunque podría ser lo contrario y entonces, cuando suceda, les echaré terriblemente de menos.
Un saludito.
Cuanto mayores nos hacemos más cuesta separarse de los tuyos, aunque sea por unos meses...
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