viernes, 5 de noviembre de 2010

Jueves por la tarde.

Por fin, el Jueves por la tarde, he conseguido armarme de valor y salir de casa, a pesar de que la tos aún es insoportable. Sinceramente, después de cuatro días de estar metido en casa no me apetecía salir, a pesar de que he salido en coche, y no he pisado la calle apenas nada, pues el garaje lo tengo en el sótano de casa, me ha costado hasta arrancar el coche, y por la maldita ley de Murphy, me he dado cuenta de que le quedaba poco combustible.

Al final lo que hice fue ir al supermercado, hice algo de compra (mamá llega tarde de trabajar y no le da tiempo; y tampoco voy a hacerla llegar cargada a casa), y después tuve que ir a la gasolinera. Y la verdad es que mientras repostaba empecé a sentirme mareado; así que decidí dejar mi excursión y volver a casa, a pesar de que me ha salido una calentura en el labio y quería comprar un aciclovir.

La fiebre, a pesar de eso, ha remitido. Aunque a medida que voy cumpliendo años, me voy dando cuenta de que si por un lado no me enfermo mucho, cuando me enfermo lo paso cada vez peor, las gripes son más fuertes... o me estoy volviendo un debilucho.

Así que seguiré metido en casa, a ver si me recupero por completo...

3 comentarios:

Nat dijo...

Nos volvemos cobardes(en muchos aspectos) cuando crecemos, y nuestro umbral del dolor se empequeñece. Si antes dejarse pinchar con una jeringa era símbolo de fortaleza y choreza como diríamos acá, hoy se de algunos que hasta se desmayan sólo de ver la aguja.
No salgas de la casa a menos que sea estrictamente necesario, al final, por querer ayudar a tu mamá le causarás una preocupación, imagínate que te desmayaras en la calle o por ahí... la pobrecita se lleva tremendo susto!
Cuídate y se bueno!
Besos

abulico dijo...

Pues el tema de las agujas es curioso: de pequeño, si me tenían que poner una inyección en el trasero lo pasaba fatal, me daba mucho pánico, no así las vacunas en el brazo, que nunca me han importado. Y ahora esas cosas no me dan miedo ni pánico. Hace poco tuve que ir a urgencias por un problema muscular y me pincharon en e trasero, y la verdad es que ni me molestó ni nada...


A lo que me refería era que antes podía hacer de todo aunque tuviera fiebre (incluso ir a trabajar), cosa que en este caso, hubiera sido incapaz.

Esther dijo...

¡Je,je! Yo sólo cogí gripe una vez, de pequeña... Lo mejor es que pude saltarme un trabajo en grupo, que me tocaba con uno con el que no me gustaba mucho ir.

La verdad, es que me he fijado en que me es difícil ponerme enferma... al menos, últimamente. Hubo un tiempo en que todos los de mi alrededor, personas con las que tenía que convivir día a día, se ponían enfermos. Yo estaba pensando: - ¡Madre mía! ¡Dentro de nada me toca a mí!- pero, no me tocó.

Yo lo que más cojo son gastroenteritis. Las he tenido millones de veces. En la penúltima tuve fiebre y hasta escalofríos me daban... La última vez, fue este verano, que llegué deshidratada al hospital porque no era capaz de beber ni agua... En fin, lo pasé fatal... Se pasa muy mal pero, bueno... Yo estoy harta de las gastroenteritis; es que a mí, las gastroenteritis me quieren, por lo que se ve xD En fin... A ver si se pasa esta racha que llevo así desde los dieciséis... pero, mientras sólo sea eso...

Bueno, que te mejores, entonces y míralo por el lado bueno, por otro lado, ¡tienes vacaciones! Je,je,je.

Un saludito.